Saturday, October 4, 2014

Vuelve siempre a El, y al compromiso inicial...!

Aun cuando el amor tiene un poder inmensurable sobre nuestras vidas y relaciones interpersonales; no solamente del mismo nos podemos anclar, pretendiendo así que nuestras relaciones y sobretodo el matrimonio, sean exitosos. Una de las más grandes revelaciones a la cual he sido privilegiado desde mi regreso a los caminos del Señor es, para que toda aquella relación significativa en mi vida sea exitosa y duradera, debo siempre acordarme del compromiso contraído inicialmente.  

Nuestro pacto matrimonial se puede mantener gracias al poder y la promesa que ha depositado Jehová sobre el hombre y la mujer.
    
La palabra compromiso se deriva del término latino compromissum y se utiliza para describir a una obligación que se ha contraído o a una palabra ya dada. Por ejemplo: “Mañana a las cinco de la tarde paso por tu casa, es un compromiso”. En ocasiones, un compromiso es una promesa o una declaración de principios...

Todas nuestras relaciones interpersonales, ya sea el matrimonio, nuestra relación de padres, nuestra relación de hijos, nuestra relación profesional, atravesaran por momentos difíciles, en donde tu nivel de compromiso para con estas será esencial para salir airoso de los mismos, y así devolver la integridad a la relación. Durante los momentos difíciles que todos atravesamos en el matrimonio, la clave es volver y restablecer ese compromiso inicial que hicieras al Señor.  

Nuestro pacto matrimonial se puede mantener gracias al poder y la promesa que ha depositado Jehová sobre el hombre y la mujer. Por ello, nuestro pacto matrimonial es la promesa, nuestra declaración de principios, de que nos someteremos a la voluntad y al orden del Padre, quien sabrá que herramientas y conocimientos brindar, para que nuestro matrimonio no caiga en la garras del enemigo.

Cuando las aguas aparezcan más turbias, cuando parezca que la luz mengua entre las tinieblas, es ahí donde usted habrá de volver a la palabra, porque ahí yace la respuesta y la promesa de su Dios. Varón, sacerdote de tu casa; acuérdate siempre de esta palabra: 7 "Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su esposa, 8 y los dos llegarán a ser un solo cuerpo." Así que ya no son dos, sino uno solo.9 Por tanto, lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre. Mateo10:7-9

Vuelve a él, y el compromiso, y tu matrimonio habrá de siempre de triunfar!

Dios Los bendiga!